14 de noviembre de 2008

Me vuelve a faltar tiempo

Me vuelve a faltar el tiempo, demasiadas cosas por hacer y un tiempo limitado. De hecho he estado bastante ocupado desde la última vez que publiqué una entrada en mi blog, teniendo en cuenta que nos remontamos a mayo de este mismo año. Ahora mismo, estamos sumidos en una crisis económica a nivel mundial que poco a poco va afectando a las cosas más cotidianas, pero menos mal que en otros sentidos sí tengo bastante estabilidad, con lo cual estoy bien.


Lo que está por venir es bastante: carnet de conducir, club de inversión en bolsa a partir de la semana que viene, exámenes parciales y finales dentro de poco, cenas con los amigos y marchas cuando nos sea posible. Todo esto, añadido a lo habitual de ahora, como son las clases, los amigos, los trabajos, el gimnasio, la bicicleta...

Así que nada, actualizo aunque no digo mucha cosa... Ahora, a trabajar.

14, me gusta.

5 de mayo de 2008

Londres 2006

Últimamente me viene mucho Londres a la cabeza ya que estoy en proceso de decidir si vuelvo o no este verano a la capital británica, cuento con dos factores
en contra: será más difícil debido a los exámenes que tengo en septiembre y a mi posible mudanza a Madrid, pero también será más fácil debido a la experiencia que he ganado allí estos años, además de ser más fácil gracias a la gente que he podido ir conociendo y al puesto de trabajo que se me mantiene y que, igual, asciendo.




El día siguiente de volver de Londres el primer año, 2006, escribí un fragmento que describe bastante bien lo que sentí en el momento de la vuelta. Evidentemente, uno no siente lo mismo cuando ya repite esta experiencia más de una vez, pero es algo parecido.



De todos modos, pondré un trozo del fragmento, acompañado por algunas fotos que ilustran los meses agridulces que pasé (agridulces porque como cada aventura de este estilo, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, sus cosas duras y sus cosas inolvidables). Es, como digo, una aventura muy compleja, se aprende mucho, se madura mucho, se conoce a muchísima gente diferente, se pasa mal en ciertos momentos, pero vale la pena. Ahí va...



Poca gente se cree que con tan sólo 18 años haya vivido ya una de las aventuras más grandes de mi vida. No sé lo que me depara el futuro pero puedo afirmar tranquilo que la experiencia que he vivido este verano ha sido muy importante para mí ya que me ha aportado muchas cosas que no habría adquirido si me hubiera quedado en Palma de Mallorca, mi ciudad natal. El hecho de marcharse a una gran ciudad con algunas libras en el bolsillo y una maleta llena de ilusiones y otros utensilios varios hace cambiar mucho a la persona, sobretodo si lo que trata de hacer es sobrevivir buscándose la vida con tal de vivir en una ciudad que le atrae. Y no estoy renegando de mi ciudad natal ni pienso hacerlo nunca, pero son cosas distintas, no he elegido nacer en Palma de Mallorca pero sí se puede decir que he elegido Londres como una de mis ciudades favoritas, y no sé exactamente qué es, pero hay algo que me une mucho a la capital del Reino Unido. Tal vez se trate de la sangre, ya que hace unos días, antes de volver a España, leí en un periódico gratuito londinense que los británicos tenían descendencia española debido a unos hechos que ocurrieron hace cerca de seis mil años, cuando Gran Bretaña sólo tenía unos pocos miles de habitantes. Al parecer, pescadores del norte de España se echaron a la mar y poblaron el país que ahora forman Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Tal vez sea por eso que siento cierta simpatía hacia los británicos, en especial a los ingleses.





Esto no pretende ser un diario de todo el verano que he pasado en Londres, sino más bien una especie de crónica recogiendo cómo me he sentido, qué me ha sorprendido, qué clase de cosas he hecho, cómo he cambiado y, en general, todo lo que ha pasado por mi mente, que es tanto que tengo la necesidad de escribirlo porque no me gustaría aburrir a mis amigos o familiares con tantas anécdotas e historias.





Sé que va a ser algo difícil para mí escribir esto, es el primer texto largo que decido escribir, además de que sólo llevo en España un día después de haber vuelto de Londres, así que lo tengo todo muy reciente aún y al ser una persona muy emotiva seguro que me emociono al recordar según qué cosas, pero haré lo posible por escribir algo que pueda leer dentro de muchos años y pensar en el maravilloso verano que he tenido en la capital británica, en la gente increíble que he conocido, en los sitios que he visitado, en las cosas que he hecho…





No quiero empezar mi historia sin antes agradecer enormemente a las siguientes personas el haber hecho posible esta aventura, gracias a todos ellos he hecho mi sueño realidad. Gracias a mis padres por permitirme abandonarles por tanto tiempo, por ofrecerme todo su apoyo y cariño aún estando tan lejos. Gracias a mi mejor amigo Pedro, porque si no fuera por él, no habría visitado aún Londres, gracias por toda la información que me has proporcionado acerca del país y sus características y gracias por los viajes que has organizado para mí, sin él tal vez todavía no habría pisado Gran Bretaña. Gracias a Paul Cotton por ofrecerme la entrevista de trabajo en la mejor cadena de cafés del Reino Unido y por aceptarme el mismo día de mi llegada a Londres. Gracias a Jamie por ofrecerme la posibilidad de dormir gratis en su casa hasta que pudiera encontrar algo mejor, Kingston upon Thames está algo lejos del centro de Londres pero me vino genial para instalarme en la ciudad y poder buscar una casa en la que vivir. Gracias a Ricard, mi primer compañero de habitación, por hacer posibles tantas cosas, por hacer que no me sintiera solo en mis primeros días, por su apoyo en los momentos difíciles, por perdernos en Brixton aquella noche y aún así no poder parar de reír, por darme algunos de los mejores recuerdos de mi estancia y por muchas cosas más. Gracias a Pedro Garlito, mi segundo compañero de habitación, por volverme pijo, por ser un gran compañero y gran consejero, por hacerme pasar grandes momentos y por las fiestas que nos hemos pegado. Gracias a Manuel, mi tercer y último compañero de habitación, por las risas que hemos compartido y los buenos momentos. Gracias a los brasileños de la habitación de al lado, Antonio, Felipe y Gabriel, por su generosidad y gracia, por demostrarme que aunque lleven más de un año y medio en Londres aún son capaces de entender y expresarse mejor en español que en inglés, algo extraño. Gracias a Kamila, por su paciencia, amabilidad, charlas y por ayudarme en todo momento cuando teníamos que cerrar la tienda juntos. Gracias a Beata por las cuatro libras de propina en South Kensington. Gracias a los encargados de las tiendas donde he trabajado, por hacerlo posible y su paciencia, ya que nunca antes había trabajado, ellos son Simon, Eduardo y Louisa. Gracias a Miguel por todos los trucos de Londres que me enseñó y por decirme donde cobrar mi primer cheque. Gracias a Lisa, por enseñarme todo lo que necesitaba saber para ser un buen camarero de Caffè Nero, así como también a Maria, por involucrarse conmigo y ayudarme en todo para perfeccionar mis aptitudes. Gracias a la clienta de la tienda de Sloane Square que me dijo que le encantaba el café que había preparado y que más tarde volvería a por otro, y así fue, volvió. Gracias a Gema por ser tan divertida y por tener tantos problemas con su tarjeta de transporte, sin eso no nos habríamos reído tanto. Gracias a Jason por llevarme por primera vez al cine en Inglaterra, no olvidaré las tardes por Croydon. Gracias a Janelle por las largas conversaciones en inglés y por ser una gran compañera de piso. Gracias a toda la gente que me ha hablado cuando estaba sentado en la fuente de Piccadilly Circus, no tenía nada que hacer y un rato de conversación nunca viene mal. Gracias a Chris por llevarme tantas veces a casa en coche después de salir de marcha por el centro de Londres, los buses nocturnos no son siempre tan agradables. Gracias a Marta y a Laura por venir a visitarme, la estancia se hace más llevadera si al menos te traen trozos de tu tierra como sois vosotras, gracias por vuestro granito de arena. Gracias a Javier por su apoyo en los momentos duros y por los consejos. Gracias a toda esa gente que me estoy olvidando y, sobretodo, gracias a Londres por ser una ciudad tan impresionante y tan acogedora, donde todo el mundo encuentra su sitio.

El nerviosismo iba en aumento durante la época de exámenes de segundo de bachillerato. Ya de por sí era bastante dura como para añadirle más estrés y más incertidumbre. No sabía a ciencia cierta si iba a aprobar todas las asignaturas ya que me había quedado suspendida la asignatura de dibujo técnico, pero no quería que eso fuese ningún problema para conseguir mi sueño. A lo largo de todo el curso me fui dando cuenta de que yo no quería seguir con lo que estaba estudiando, la materia se complicaba ya mucho para mí y yo veía en mi interior otra vocación diferente a la física o a la matemática. Habían sido ya muchas experiencias vividas en Londres durante los últimos meses anteriores a los exámenes finales de bachillerato, así que era un tema que rondaba mucho por mi mente.

Evitando pensar en cualquier otra cosa, me puse manos a la obra y empecé a buscar información sobre Londres y Reino Unido. Ni corto ni perezoso contacté con agencias y con particulares, dándole forma a lo que podría ser un verano excepcional. Todavía me acuerdo, de hecho, de aquel día en el que mi madre vino muy contenta haciéndome saber que había visto un anuncio en el periódico en el que se buscaba a gente para trabajar en Londres. Cuál fue nuestra sorpresa cuando fuimos a la supuesta oficina de la supuesta empresa y descubrimos (no directamente pero sí a través de varios detalles) que se trataba, probablemente, de una estafa. Eso fue, tal vez, la gota que colmó el vaso. Después de haber buscado información en mil páginas de Internet y de haberme informado en oficinas de ayuda a la juventud y cosas del estilo, sin ningún éxito, decidí irme a la aventura y hacerlo todo por mi cuenta. Sé, y aún soy consciente, de que es probablemente lo más arriesgado que he hecho en toda mi vida, pero no me arrepiento de nada.

Tras buscar mucho conseguí contactar con las personas que solucionarían mis dos mayores problemas: alojamiento y trabajo. Un hombre de Kingston-upon-Thames fue tan amable de comprender mi situación y dejarme pasar unos días en su casa hasta que por fin pudiera mudarme a mi propio hogar. Por otra parte, Paul me ofreció una entrevista para una cadena muy importante de cafeterías en Reino Unido, lo cual no estaba nada mal ya que tampoco podía aspirar a mucho más.

Una vez reservé mi vuelo con un mes de antelación para el día 23 de junio de 2006, me puse a prepararlo todo. Sabía lo que era preparar una maleta para ir de viaje durante unos días pero no para mudarse durante tres meses a otra ciudad, a otra ciudad muchísimo más grande que la mía natal. Me sentía como un cohete a punto de despegar, un cohete al que se le está realizando la cuenta atrás para un viaje muy especial, al espacio, a un lugar desconocido pero espectacular. No quería que me faltase nada así que pensé cuidadosamente qué necesitaría y de qué podía prescindir. Hice caso a mi madre, que me dijo que apuntase en un papel todo lo que me iba a llevar. De esta manera no me faltaría nada y a la vuelta sabría exactamente qué no debía faltar en mi maleta.

Era arriesgado, muy arriesgado. Me sentía algo inseguro, aunque no quería hacer ningún comentario al respecto porque había sido mi decisión y quería seguir adelante con ella. Londres se había convertido en un sueño tangible, aunque difícil, y no iba a dejarlo pasar, al menos no durante mucho tiempo. Tenía que ser valiente, dejar a un lado todos los miedos y preocupaciones que alguna vez podía haber tenido en mi cabeza. No quería defraudar a nadie, había puesto toda mi ilusión durante mucho tiempo en este proyecto y necesitaba completarlo, al menos intentarlo. Es complicado explicar cómo me sentía exactamente, siendo una mezcla entre sentimientos buenos y malos, unos me empujaban y otros me paraban, unos me llevaban y otros me traían, unos me alababan y otros me criticaban, pero todos tenían un claro efecto en mí: me hacían más fuerte. Estos sentimientos me daban toda la fuerza que necesitaba para completar mi misión y aunque me derrumbé en algunas ocasiones, como en las despedidas de mi familia y de mis amigos, siempre volvía a coger las riendas de la ilusión y a mirar al frente con determinación.




Hasta aquí puedo leer y he de reconocer que, como he comentado antes, ahora lo que escribiría sería muy diferente a eso... De hecho, ahí hace dos años decía que lo mío no eran las matemáticas ni las ciencias y aquí estoy ahora estudiando económicas, que me encanta. Son datos curiosos... Eso sí, ahora la lista de agradecimiento tendría que ser muchísimo más extensa debido a la cantidad de gente que he conocido este segundo año y que se han portado genial conmigo... Desde luego, cada año es diferente y yo diría que Londres 2007 fue, si cabe, más intenso, aunque diferente, claro...

26 de abril de 2008

Así soy yo

Nunca he creído, ni creo, ni creeré en los típicos mensajes que manda la gente acerca de cómo eres según tu horóscopo, el mes en el que naces, tu nombre, tu número de la suerte y cosas por el estilo, pero he recibido ahora uno que me ha llamado especialmente la atención porque me define claramente, así que se puede decir que así soy yo...







*Activo y dinámico...

*Tengo miedo al amor...

*Perdono pero nunca olvido...

*Honesto, generoso y muy simpático...

*No vivo del qué dirán, me importa mi opinión y nada más...

*Fuerte mentalmente...

*Me encanta que se me preste atención...

*Amigable y me gusta ayudar a los demás a resolver sus problemas...

*Muy caprichoso...

*Valiente. Aventurero por naturaleza...

*Suave y generoso...

*Romántico...

*Tengo muy buena memoria...

*Me gusta motivar a los demás...

*No me rindo hasta conseguir lo que quiero, soy cabezota...

10 de abril de 2008

Sergio - 20 años

Hoy, 10 de abril de 2008, cumplo 20 años, dos décadas, un quinto de siglo. Tampoco escribiré mucho porque hoy me siento más reflexivo y pensativo que expresivo, cosa que complica hacer una valoración de lo que es mi vida llegado este punto de mi vida. Tan sólo me limitaré a escribir unas frases de El canto del loco que me aportan algo, además de hacer una descripción de mi nombre y de mi personalidad que resulto bastante acertada (y yo no suelo creer en estas cosas).

*Será que me habré hecho mayor*

Naturaleza Emotiva:
Naturaleza emotiva y clarividente. Se expresa por medio de la perseverancia, la concentración, la suficiencia y la clemencia. Ama lo oculto, lo que es y puede ser. Le gusta sentirse admirado.

*Nunca me cansaré de ver vuestras caras, siempre quedará nuestro fin de semana...*

Naturaleza Expresiva:
Es consecuente. Se expresa en la calidad, comodidad y utilidad del atavío personal. Gustoso se prestará a mejorar la vida urbana y la familiar. Ama el acompañar y ser acompañado.

*No sé si eres el ángel que cuida mi camino, no sé si pensar si merezco todo este cariño...*

Talento Natural:
Es mente de pensamiento práctico. Se expresa como pensador neto y concreto, que aquilata valores y busca seguridad en la inversión de su esfuerzo o de su capital. Recibe aumento en las actividades que requieren disciplina, constancia, esfuerzo, lógica y razón. Ama la pericia, la previsión y la concreción.Podría destacar en profesiones como contratista, granjero, mecánico, dibujante, empleado público, empleado administrativo, obrero de fábrica o capataz, contable o político.


*Y mañana al despertar, a saltar de la cama, a luchar tu mañana, a mirar a la cara, que no debes nada...*


*Y quiero pensar que eres la suerte que me abriga del frío*



*Qué grande es verme hoy sin lo anterior, sintiéndome tranquilo, siendo lo que soy*

23 de marzo de 2008

Madrid, eres grande


"Madrid, eres grande". Eso mismo pensé sentado en mi asiento de la puerta E71 en Barajas, mientras me ponía de los nervios ya que el avión se retrasaba... Volvía a Palma de Mallorca con una buena sensación, después de cuatro visitas a Madrid, por fin había visto Madrid con tranquilidad y a mi manera, lástima que las otras visitas fueran tan rápidas, esta vez tuve cuatro días enteros para relajarme y disfrutar de la ciudad.






Llegué bastante temprano, tanto que la recepcionista del hotel (muy simpática, por cierto) me dijo que lamentándolo mucho no podían guardar maletas hasta la hora de entrada a la habitación. Me quedé pasmado ya que por fin había llegado al hotel después de media hora de metro desde el centro, cargando con la maleta (que era pequeña, pero pesaba) y ahora estaba en un barrio del este de Madrid donde no había mucho que hacer...



Con lo cual decidí irme a Chamartín, una estación de tamaño considerable (gigante) ya que al menos allí hay un centro comercial y muchas tiendas, podría desayunar algo pesado para aguantar todo el día. Así lo hice, cuando acabé de comerme aquel bocadillo volví al hotel, ya había pasado una hora y pico así que durante el trayecto de vuelta al hotel atravesaría la frontera de las doce, que era cuando podía entrar a la habitación. La chica me entregó la tarjeta, me hizo una pequeña encuesta y listo, subí. La habitación era muy bonita, estaba bien distribuída y todo estaba limpio, además tenía una televisión de plasma y vistas a cierta parte de Madrid.









Visité bastantes cosas en un solo día, así que en el plano general, visité prácticamente todo lo típico y más conocido de Madrid, aunque siempre faltan cosas, claro está. Por ejemplo no fui a San Lorenzo del Escorial (que tenía pensado ir) ni al Palacio de Aranjuez, ni a algunos sitios de las afueras de Madrid a los que me habría gustado ir, pero quiero guardar cosas para la próxima vez. Sí que visité por dentro el Palacio Real y el Museo del Prado. El Palacio Real me pareció increíble, es inmenso (leí que tiene unas 2000 habitaciones) y además precioso, tanto por fuera como por dentro.





Grande también fue el momento en el que vi por primera vez cara a cara a las cuatro torres del CTBA (Cuatro Torres Business Area), que son también increíbles... Menudo centro financiero va a quedar en Madrid.






Y luego claro, Plaza de Castilla, otro de los símbolos de Madrid...








Y Gran Vía, impresionante a cualquier hora, llena de gente a cualquier hora, atascos a cualquier hora, simplemente genial...

Quién sabe si acabaré estudiando en Madrid...

21 de enero de 2008

¡Te lo dije!

¡Te lo dije, Noelia! ¡Te lo avisé! ¡Todo era por no verte así! Sabes que todos pasamos por situaciones difíciles, parece haber incluso una regla que dice que todas se han de juntar en un mismo momento, pero nosotros somos más fuertes que todo eso, además, todo esto nos hace aún más fuertes. Creo que te daré un poco de tu propia medicina, algo que a mí me sirvió, predicado por ti, así que ahora te debe servir a ti, predicado por mí:

"Intenta disfrutar de cada momento como si fuera el último, como si cada instante fuera el que más contara, no pienses tanto en que pasará y aprovecha lo que hoy te regala la vida"

Con eso quiero hacer referencia a que tienes muchas cosas buenas por las que mirar hacia el frente y decir que tú puedes con todo eso y mucho más, por las cosas que quieres, lucha. Ahora, con permiso de Chenoa:

"Y ríete de lo peor, será mejor, porque pensar que todo va mal, te alejará de la felicidad"

Plántale una sonrisa a la vida, sé tú misma (Miss Optimismo). Ahora te recordaré, navegando por tu Fotolog, la respuesta a la pregunta número 60...

"60. ¿Estás feliz?: Sí, yo siempre"

Ya que eres 100% positiva, debes cumplir con tu respuesta a esa pregunta e intentar estar feliz siempre. Sé que no es posible, pero una cosa es la actitud y otra la realidad, también te digo que la actitud hace mucho, sobretodo en tu manera de ver las cosas. Puedes estar hundida, derrotada, tristísima, pero si te estás partiendo el culo, ¿no es una sensación mejor? En fin, no sé si estoy cumpliendo mi propósito, que era animarte un poco, pero aquí va mi último intento, en forma de poesía, también sacada de tu inmenso baúl, tu Fotolog:

"Dame tu tristeza, que yo la lloraré
Arranca la pintura que sobra en tu pared, se irá
Se irán las manos que te quieren atar
Se irán los años llenos de soledad, se irán
Se irán las horas que no quieres cambiar
Sal a la calle, el mundo se abrirá
Sal, devuélvete las ganas de amar,
Sal regálate otra vez la vida...

Y si no... Yo lo haré por ti"

¡Te quiero mucho, Noelia, anímate!

13 de enero de 2008

Marta

No sé si escribir de manera poética para que le llegue al corazón, si hacerlo de cachondeo por todas las risas que nos pegamos, si escribirlo seriamente por las conversaciones profundas que tenemos, no sé si cantarlo por todas las veces que cantamos cuando vamos en el coche... No sé tampoco la tira de años que hace que la conozco, aunque ahora sea cuando más nos vemos. Tampoco sabría decir la cantidad de cosas que hemos hecho ya, además de las que aún nos quedan por llevar a cabo.



Porque parece que nos conocimos en 1973, como dice la canción. Tú Simone y yo James. Eso sí, no te olvides de que los años, en inglés, se leen de dos en dos cifras. Tampoco te olvides de que debemos estudiar, no quiero que éste sea un año de poco provecho como el anterior.


Para el 2008 muchos son los propósitos en común, como no ser tan quejicas, pasar más tiempo juntos, ir comer mucha más pizza juntos, cantar más, aprobar todas las asignaturas posibles, decidir en menos tiempo dónde vamos a tomar algo, que ni uno ni otro tenga que esperar cuando quedamos, sacarnos más fotos juntos (si son provocativas, mejor), que no te olvides de poner las luces cuando conduzcas, no rebasar los 160km por autopista, estar más tiempo en contacto con la naturaleza... En fin, una larga lista que sin duda llevaremos a cabo. De todas formas, todo se andará. Nuestro lema es "DESPACIO", como dice otra de nuestras canciones... Y ahora, a ponernos las pilas, que sabes que los exámenes están a la vuelta de la esquina. No te desmadres, queda poco... ¡Te quiero! ¡Gracias por ser tan especial!

7 de enero de 2008

Caos en una mente de domingo

Odio los domingos, normalmente son aburridos aunque hoy ha sido un domingo atípico, me ha gustado. Después de levantarme tarde, como de costumbre después de un duro y cansado día de trabajo y estudio, sólo he podido prepararme para la comida familiar que teníamos preparada, la cual ha salido genial, ha sido bastante divertida, especialmente por mis primos pequeños, que son la leche.

Ahora ya disfruto de mis últimas horas de libertad tanto como universitario como trabajador, da asco. Nunca he valorado tanto mi tiempo libre, bien puedo decir que estoy empachado de trabajar y de estudiar, de comerme la cabeza por el simple hecho de tener que planear las cosas mucho antes, calculando cuándo podré hacer según qué cosas y cuándo no, al igual que no poder hacer nada por falta de tiempo. Infinidad de cosas que agotan mi paciencia, que es poca.

La verdad es que el verme agobiado no es nada nuevo, de hecho no voy a repetirme porque ya hay una entrada hablando de la falta de tiempo. Ahora mi problema se basa en el empacho de ideas que parezco tener, la gran cantidad de planes, cosas que hacer, sentimientos, emociones, recuerdos e ideas que tengo.

Aquí estoy, surgido de una discusión, de vuelta en mi cuarto, habiéndome deshecho de mi iPod por el momento, al igual que de mi tranquilidad. Debe ser la época y mi ritmo de vida, salto a la más mínima. Los exámenes se acercan y mi mente se convierte en un caos durante unas semanas; deshacerme de la organización que me caracteriza no es fácil, mandarlo todo a la mierda, sí.


Como me está saliendo un churro de escrito, creo que voy a empezar a enumerar unas cuantas cosas que pasan por mi mente estos días, así acabamos antes y no estropeo más la entrada. Pues bien, como todo buen universitario que se precie, hay que estudiar el estrés que suponen los exámenes de esta época. Como buen matemático, hay que calcular el tanto por cien que el trabajo me quita de estudio. Como buen trabajador, hay que trabajar el triple que una persona normal, por tener sólo dos séptimas partes del tiempo libre que tiene un chico normal de mi edad. Como buen chico de diecinueve años, tengo que socializar mi parte más sociable para compensar tanto a mis amigos como a mi lado perfeccionista. Como buen perfeccionista, tengo que intentar que todo lo anterior me cuadre y además, con suerte, produzca un resultado positivo, tan positivo que me haga valorar muy positivamente el estilo de vida que llevo, para así no tener que mandarlo todo a la mierda de nuevo.

Pero no sólo me preocupan los estudios, no. Me preocupa poder cumplir mis planes de seguir con el trabajo, por lo menos, hasta que cumpla el contrato, porque yo tengo un mínimo de seriedad laboral. Además, tengo aficiones y, por ejemplo, quiero ir a Madrid pronto. Añadido a lo anterior, quiero ver a todos mis amigos regularmente y al menos tomar un café con cada uno de ellos, contarnos la vida y calmarnos el estrés. Quiero ver a gente que hace tiempo que no veo. Me gustaría llevar a cabo mil cambios en mi habitación. Saber qué va a ser de mí en los próximos meses y en los próximos años.

Bien, qué mierda de escrito me ha quedado... Eso es lo que pasa cuando uno tiene ochenta cosas en la cabeza, señores... Caos.

1 de enero de 2008

Un año más

Como dice la canción de Mecano, un año más ha pasado, el 2007. El incienso se va quemando a medio metro de mí mientras yo reflexiono sobre el año que acaba de dejarnos. Un año de cosas buenas, pero también de muchas malas que espero queden atrás. Son también muchos los propósitos que tengo de cara al nuevo año, como ser mejor persona y aprender más de los demás, cuidar más a la gente que quiero, ser más detallista, intentar ver la vida de otra manera y ser más optimista... También me gustaría que los estudios me fueran bien, ya que estoy viéndolo todo bastante complicado, aunque no imposible... A pesar del poco tiempo libre que tengo, debo aprovecharlo al máximo y sacarle el máximo partido, tener prioridades...



Miro por la ventana como el nuevo año toma el relevo del viejo, espero que también le dé una lección, gracias a la experiencia que se le otorga. La mirada es de incertidumbre, de la incertidumbre que supone no saber qué nos depararán los próximos 365 días. Son muchas cosas buenas las que espero de este nuevo año 2008, entre ellas, sacarme el carné de coche. Como bien decía una compañera del trabajo "El 2008 será el año de nuestros coches", a ver si es cierto. También espero afianzar mis amistades, como un año más, hacerlas más fuertes y más seguras. Seguir conociendo a las personas que se han presentado en mi vida en estos tiempos recientes y poder seguir aportándoles todo lo mejor de mí, por haberme ayudado tanto sin apenas darse cuenta de que eran partícipes de ello.
El incienso ya se está consumiendo, llega a su fin, al contrario que este año que sólo acaba de comenzar...
¡Feliz 2008 a todos!