
No debemos olvidar nuestras propias tradiciones, como la de recordar a nuestros difuntos el 1 de noviembre, día de Todos los Santos. Aunque claro está, que esto no se debe producir solamente una vez al año, sino con mucha más frecuencia, sin caer en el vicio de las compras tontas, creyendo que por ser día X ya tenemos que comprar compulsivamente, como pasa con otras fechas.
Ya que es día de cementerios, me acuerdo del cementerio Père Lachaise, del noroeste de París. Lo visité un día este verano y me gustó mucho, es uno de los más antiguos de la capital francesa y tiene su encanto. Las zonas más cercanas a la entrada suelen ser más amplias y mejor cuidadas, en cambio, si nos adentramos en él, podemos encontrar tumbas que datan de varios siglos atrás, con motivos de decoración interesantes y que nos pueden llegar a producir horror. El mismo compositor y pianista Chopin está enterrado a unas pocas manzanas de la entrada del cementerio de Père Lachaise. Aquí tenemos una foto de una de las partes más alejadas a la entrada:

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