Nada más entrar a la plaza, viniendo de Gran Vía, pasando una de las bocas de metro de Plaza de España (Líneas 2, 3 y 10), me encontré con un estanque de tamaño medio custodiado por unas cuantas figuras. Las fuentes no funcionaban, pero aún así la imagen era muy bonita. No sé si ya me había leído la primera parte del Quijote o no, pero me asombró la enorme estatua que conmemora la escritura de este gran libro, dicho ser el más traducido en el mundo, después de la Biblia.
1 de noviembre de 2007
Plaza de España, Madrid
Nada más entrar a la plaza, viniendo de Gran Vía, pasando una de las bocas de metro de Plaza de España (Líneas 2, 3 y 10), me encontré con un estanque de tamaño medio custodiado por unas cuantas figuras. Las fuentes no funcionaban, pero aún así la imagen era muy bonita. No sé si ya me había leído la primera parte del Quijote o no, pero me asombró la enorme estatua que conmemora la escritura de este gran libro, dicho ser el más traducido en el mundo, después de la Biblia.
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